«El maestro Talavera, era llamado aquí en Chihuahua El mago del violín, por el virtuosismo con el que tocaba este instrumento.»[1]
Ernesto Talavera Escandón Archivo: Raúl Balderrama Montes |
Considerado en forma objetiva como un gran violinista, Ernesto Talavera Escandón nació el 9 de abril de 1892, siendo sus padres Prisciliano Talavera y Margarita Escandón. Realizó su educación primaria en el colegio de la Divina Providencia, institución privada, fundada y dirigida por el profesor Albino Mireles. El avance de su formación académica se llevó a cabo en el State Collage, donde cursó la carrera de ingeniero agrónomo, centro educativo donde también estudió su hermano Reynaldo. Son los maestros del departamento de música quienes, afortunadamente, descubren su enorme potencial para la música, especialmente para la ejecución del violín. Estas facultades lo llevaron a estudiar en el Conservatorio Nacional de México, contándose entre sus maestros los famosos y talentosos violinistas Julián Carrillo y José Rocabruna. Su empeño por aprender y dominar el arte musical, aunado a su talento, son reconocidos al obtener un premio en la clase de violín y una mención honorífica en la clase de solfeo. Es en esta etapa de su carrera donde sus maestros, en especial Julián Carrillo, aconsejan y lo alientan a continuar sus estudios en Europa. La muerte de su padre es un fuerte motivo para su regreso a Chihuahua, donde sólo permaneció el tiempo necesario, ya que la beca que le otorga el Conservatorio Nacional para estudiar en Alemania no podía ser desaprovechada y así continuar con la disciplina directamente encaminada al perfeccionamiento en la ejecución del violín. Parte hacia Nueva York, para ahí trasladarse a Alemania e incorporarse al Conservatorio de Berlín para el seguimiento de su educación musical. Sorpresivamente el estallido de la primera guerra mundial, en 1914, impidió la realización de su viaje, ante lo cual Ernesto Talavera tomó la decisión de quedarse en Nueva York y proseguir con su carrera musical, cuyo aprendizaje se vio fortalecido ya que su estancia en la importante ciudad estadounidense le permitió acceder a eventos musicales con los más grandes artistas de la época, siendo la Urbe de Hierro donde ofreció su primer recital en el Town Hall, justa recompensa a su talento y férrea disciplina artística. Talavera Escandón decidió regresar a su tierra natal. Una vez instalado y ubicado en Chihuahua capital, reanudó su carrera, a lo largo de la cual perteneció a varias agrupaciones musicales, siempre ocupando el sitio de primer violín, y en las orquestas el sitio destinado al violín concertista.