Introducción del Álbum
Tienes en tus manos un volumen discográfico con dos
de los compositores del siglo XX más importantes del norte de México, Arturo
Tolentino Hernández y Francisco Moure Holguín.
Cada disco, contiene diez de las composiciones que
hicieron famosos a nivel nacional e internacional a Arturo y Francisco; el vals
Ojos de Juventud de Tolentino y el
vals Julia de Moure son dos de los
valses que representan a Coahuila y a Chihuahua; piezas que forman parte de la
historia de la música universal y de México.
Aun cuando Tolentino nació en Sierra Mojada,
Coahuila, llegó a Chihuahua a la edad de 12 años. Aquí es donde escribe toda su
obra y muere en 1954. Ojos de Juventud,
la escribe entre sus viajes y estancias en Parral y Chihuahua capital. Al igual
que la marcha Parral Unionista y el
fox-trot Alma Parralense.
El vals Ojos
de Juventud, está basada en la película estadounidense Eyes of youth y en su principal actriz Clara
Kimball Young. Sus valses: Flor María, En alas del ensueño, Almas gemelas, Dora, Sonrisas de
primavera, Horas de encanto y su danza Ven
para siempre, fueron escritas en Chihuahua.
Moure, realiza la mayoría de su obra en Chihuahua
capital y El Paso, Texas. Su vals Julia,
lo escribe en Chihuahua, dedicado a Julia Quevedo, taquillera del Teatro Colón
de El Paso. Sus valses: Mon Amour,
Salvador, Atardecer y Vals de las
Calabazas; su canción Los Besos que
te dí, el paso doble Santa Rita, las
polkas San Diego y Calle Siete y el
danzón Los Coyotes, las escribió en
Chihuahua. A excepción de Calle Siete
que la compuso en El Paso, Texas.
Ojos de
Juventud y Julia, fueron grabadas en: México, España, Nueva York y
Los Ángeles, entre 1921 y 1930, por los principales intérpretes de la época.
En Joyas de la
Música Chihuahuense, participan catedráticos de la Facultad de Artes de la Universidad
Autónoma de Chihuahua. Pianistas: Luis Carlos Anzaldúa González, Judith Alba
González, Lizeta Alba González, Esteban Alba Mireles y Arely Azeneth Matus
Bustillos. Voces: Nubia Edith Díaz Haydt, Liliana Estrada Mendieta y Cecilia
Delgado Domínguez, con la participación especial del reconocido tenor José Luis
Ordóñez. Captura en Sibelius: Ramón Farías Rascón y Sergio Arturo Torres Robles.
Dirección artística: Ramón Farías Rascón. Diseño: Carmen Adriana Kiessling González.
En memoria del maestro y pianista Fernando Sáenz
Colomo se agregan tres piezas de Moure que grabó en 1994: el Vals de las Calabazas, Calle siete y San Diego.
Siete de las composiciones de Arturo Tolentino,
encontradas en Valle de Allende, Chihuahua, con arreglo para violín 1.° y 2.°,
viola, cello, contrabajo, flauta, clarinete, trompeta y trombón: Parral Unionista, Alma Parralense, Flor María,
En alas del ensueño, Almas gemelas, Sonrisas de primavera y Ojos de Juventud fueron grabadas con el
programa Miroslav Philharmonik 1.1. como instrumento virtual del Sibelius 7.
El arduo trabajo de años se refleja en una
producción que no podría trascender sin el apoyo de las instituciones
comprometidas con la cultura en Chihuahua. La beca del Fondo Estatal para la
Cultura y las Artes del estado de Chihuahua, con el Programa de Estímulos a la
Creación y el Desarrollo Artístico, David Alfaro Siqueiros, en 2012 y la beca PACMYC
en 2015 del ICHICULT; son el principal pilar económico para poner en manos de
los chihuahuenses el presente trabajo.
A todos los participantes e instituciones a través
de sus programas, mi más sincero agradecimiento por ser parte de la historia.
Raúl Balderrama Montes
Ciudad de México, 28 de julio de 2016.
La
Música de Chihuahua, el sonido de nuestra vida pasada
Luis Magüregui
21 de julio de 2017
Coincidiendo con el inicio de la cruzada cultural de
José Vasconcelos en todo México, a partir de 1920 y por lo menos en las dos
décadas siguientes se observa un notable desarrollo de la actividad musical en
Chihuahua. La cruzada de José Vasconcelos a favor de la Cultura y las Artes,
seguramente tuvo un efecto en el Estado, el entonces gobernador Ignacio Enríquez,
en 1921 estableció por decreto la educación musical obligatoria, lo que produjo
en los años siguientes un gran dinamismo musical. Vasconcelos hablaba de que “No se trata de alentar solamente las
manifestaciones artísticas populares, ni de llevar arte vulgarizado al vulgo.
Se trata de elevar a las mayorías al gran Arte y no de achaparrar el arte para
que llegue a muchos”, otra frase del fervor artístico del filosofo mexicano
dice: “La tarea educativa se completa en
la estética” Las ideas de Vasconcelos a favor de las Artes se reflejan en
el desarrollo de la música en Chihuahua desde 1920 hasta la década de los cuarentamás
o menos, Es justamente Raúl Balderrama en su libro en co- autoría con Roberto
F. Pérez Galindo, “La música en Chihuahua” quien describe el panorama de éste
amplio desarrollo; Conjuntos de cuerdas, grupos de cámara, orquestas típicas y
la creación en 1925 de la primera Orquesta Sinfónica Chihuahuense, así como la fundación
en 1946 del Conservatorio de música de Chihuahua y las presentaciones en
diversos teatros de zarzuelas y óperas además de la existencia de otras
escuelas de música adicionalmente, la publicación en periódicos como el Correo de
Chihuahua (después Correo del Norte) y posteriormente en El Heraldo, de
partituras para piano, esto último, revela la presencia de éste instrumento en
varios de los hogares chihuahuenses y por lo tanto de miembros de las familias
capaces de interpretarlo.
A partir de 1925, algunos músicos de Chihuahua
abandonaron la ciudad y se instalaron temporalmente en El Paso Texas desde
donde continuaron con su labor creativa, Francisco Moure, radicaba en El Paso
cuando escribió su vals “Julia”. Por aquellos días se formaron en Chihuahua
varias orquestas de baile que interpretaban incluso el jazz que se popularizaba
en los Estados Unidos. Esta época es la de Arturo Tolentino y Francisco Moure, los
dos, músicos imprescindibles en el panorama artístico de Chihuahua, la música
de ambos compositores incluida en este par de discos compactos que presentamos
hoy, nos permite descubrir como sonaba el Chihuahua de aquellos años. Estos
discos contienen composiciones registradas por los maestros Tolentino y Moure dentro
de las décadas mencionadas, ahí están, por supuesto el vals “Ojos de Juventud”
de Arturo Tolentino, (en versión instrumental y vocal) su obra más emblemática,
así como el también vals “Julia” de Francisco Moure que llegaron a interpretar
Javier Solís, Alberto Ángel, Humberto Cravioto y hasta Vicente Fernández; pero el
compacto nos permite además conocer otras piezas de ambos creadores como “ Ven
para siempre”canción que en la partitura original Tolentino refiere como:
“danza regional” y “Alma parralense”, esta última, un Fox con acentos de paso
doble. En la parte dedicada a Arturo Tolentino podemos descubrir la gran capacidad
para el género del Vals de éste creador. El vals, procedente de Europa, de
Alemania y Francia particularmente, fue asimilado por Tolentino de la misma
forma que la polka alemana que encuentra agudos acentos en su festivo “Parral
unionista”, pero es en el género valsístico en donde Arturo Tolentino se revela
como un compositor de altos vuelos con una obra que lo acerca a la mejor
tradición Vienesa, (Johann Strauss), “Sonrisas de primavera” por ejemplo, es
una composición verdaderamente inspirada que pudiera haberse interpretado en
los mejores salones de europeos, de la misma forma que “En las alas del ensueño”,
otra creación bellísima incluida en el disco dedicado al compositor Coahuilense.
Cierra el compacto una versión para piano y voz de
“Ojos de juventud” interpretada por José Luis Ordoñez cuya letra, por cierto,
fue escrita por el poeta Guz Águila.
El Segundo CD, dedicado a la obra de Francisco Moure
es no menos extraordinario, inicia con “Julia”, quizás la pieza más conocida en
lo general de toda la colección, interpretada también por José Luis Ordoñez. “Julia”
ha sido uno de los valses mexicanos más conocidos y admirados, se inscribe en
una tradición vigente en la música mexicana de salón de la primera mitad del
siglo XX en donde se encuentran piezas como el “Adiós” de Alfredo Carrasco, “Alejandra”
de Enrique Mora Andrade,“Tristes Jardines” de Jesús Martínez y “Dios nunca
muere” de Macedonio Alcalá entre otras. El compacto continúa con “Atardecer”, una
canción para tres voces femeninas interpretada de manera impecable por Nubia
Edith Díaz Haydt, Liliana Estrada Mendieta y Cecilia Delgado Domínguez;
“Atardecer” es una pieza exquisita escrita por la mano de un verdadero maestro
en pleno dominio de sus recursos, se disfruta como aquella “Alborada” que
conocemos de otro chihuahuense: Lauro Uranga. Le siguen piezas para piano como
el vals “Salvador”, la polka “Calle siete” y “Santa Rita”que es un paso doble,
al parecer, uno de los géneros preferidos por los compositores de entonces que
cultivaban de la misma forma el Schotis español, el Fox estadounidense y hasta
el Tango argentino, “San Diego” es otra festiva polka para piano muy cercana a
las marchas que interpretan las bandas municipales. La penúltima pieza del CD
dedicado a Francisco Moure es “Mon Amour”, un vals exquisito en versión para
piano que no sólo por su título en francés sino por la notable influencia de la
música de aquel país no puede uno escuchar sin pensar en el “Je te veux” de
Eric Satie, “Mon amour”” es uno de los mejores momentos de la colección entera,
es una pieza que conozco en una versión que en 1920 Moure escribió para una pequeña
orquesta de cuerdas. El CD cierra con “Los coyotes” una pieza con rasgos de
habanera y vals mexicano que quizás figure como una de sus últimas
composiciones.
“Joyas de la música chihuahuense” es hoy un disco
compacto imprescindible para conocer una parte el pasado musical de nuestro
estado que desde finales del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX registró
una intensa actividad en este arte que se encuentra inscrita en partituras que
figuran en archivos que algunas familias de Chihuahua conservan de manera
incompleta.
En las décadas mencionadas surgieron compositores
extraordinarios que cultivaron con excelencia ésta forma artística.
Por eso, el profundo y dedicado trabajo de
investigación que Raúl Balderrama viene realizando desde hace algunos años es
digno del mejor reconocimiento de nuestra parte, en muchas de las partituras
existentes en los archivos musicales está la historia de Chihuahua, la historia
del espíritu de nuestra región, que puede ser tan importante como la historia
de los acontecimientos y de los héroes que veneramos. Raúl Balderrama ha sido
constante en su afán de rescatar la música de Tolentino, Moure y otros
compositores para darla a conocer no sólo a los profesionales que son capaces
de leer una partitura sino a través de grabaciones como la presente que permite
al público en general escuchar, por primera vez las notas de valses, polkas,
canciones, mazurcas, schotises, pasos dobles y tangos con los que nuestros
abuelos y bisabuelos transitaron por la vida, se hicieron de amigos, se
reunieron, soñaron, se enamoraron y dotaron de significados su existencia,
escuchar esta musica es navegar de nuevo por el tiempo en donde otros, antes
que nosotros han navegado, es recuperar los aromas de la vida de los nuestros
que se fueron antes, es visitar por un instante el Chihuahua de antaño.
El aporte de este disco es extraordinario si se toma
en cuenta que algunas de las composiciones disponibles será la primera vez que
las escuchemos, en este sentido, la contribución de Raúl Balderrama a la Cultura
de Chihuahua es invaluable.
Existe una enorme cantidad de composiciones musicales de
artistas chihuahuenses guardadas, en el mejor de los casos, en colecciones
especiales de algunas bibliotecas del estado, particularmente de la capital.
Pero la mayor parte de esta riqueza cultural, patrimonio de Chihuahua, está almacenada
en archivos personales en cajas de plástico o de cartón, hojas de música olvidadas,
abandonadas, que nos hablan, (o debería decir mejor, nos cantan) de nuestra
vida pasada, música que como decía el poeta es ”tiempo congelado” en espera de ser
interpretada y grabada, música que mucho bien nos hará escuchar para
entendernos a nosotros mismos, para saber quienes somos.