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lunes, 13 de mayo de 2024

 Tino Contreras

100 años de jazz, 100 años de vida

Mi participación en la Fonoteca Nacional el día 3 de abril de 2024 en la Ciudad de México, con motivo de los 100 años de necimiento de Tino Contreras.

Entrada la primavera de 1924, en un jueves 3 de abril a las 5 de la tarde, en el domicilio ubicado en la calle Galeana 1121 del centro de la ciudad de Chihuahua, se registró el nacimiento de un niño que llegó con estrella y luz propia, destinado a ser el mayor exponente del jazz en México desde la década de los años 40 del siglo XX y las primeras dos décadas del XXI.
El día de hoy, 3 de abril de 2024, a cien años de aquel acontecimiento, estamos reunidos para rendirle un homenaje a ese hombre que nos dejó un enorme legado cultural con su música, con su jazz. Hoy festejamos los 100 años de nuestro querido Tino Contreras.
Me refiero a Tino con gran cariño y respeto al decirle niño. Tino, como todos los que lo conocimos y lo tratamos, tenía y desbordaba ese ser infantil que habitaba en él: juguetón, amiguero, simpático y alegre. Lo viví cuando lo conocí en persona en Chihuahua en 2017 para la entrega de la presea Gawí Tónara dentro del Festival Internacional Chihuahua. La pasamos riendo.
Al día de hoy todos sabemos la valiosa trayectoria artística de Tino Contreras. Quizá ya se ha dicho todo de su vida, pero, ¿de dónde viene su herencia musical?, ¿cuál es su pasado antes de ser famoso y cómo fue su etapa en la niñez y en la adolescencia?, ¿cómo se inició en la música y quiénes fueron sus primeros maestros?, ¿a qué edad se inició en el jazz?
Su historia se remonta al municipio de Cuencamé del estado de Durango, de donde son originarios sus antepasados.
Su abuelo paterno fue Antonio Contreras (1872 – 1943), de oficio ser sastre, uno de los filarmónicos de la Orquesta Sinfónica de Durango, donde tocaba los timbales. También tocaba el violín. Su abuela Manuela Rosales Guerrero, también originaria de Durango, fue una mujer dedicada al hogar y a la educación de los hijos Fortino, Miguel y Luz. Manuela nació en 1878 y falleció de fiebre a los 38 años el 25 de noviembre de 1916 en la calle de Zarco número 8 y medio de la ciudad de Durango. Fue su hijo Fortino quien presentó el acta de defunción.
Los bisabuelos maternos de Tino fueron Cesareo Rosales y Eduviges Guerrero. Los testigos de su defunción fueron Federico Contreras y Carlos Alonso.
Entrada la década de 1920 llegan a Chihuahua capital Miguel y Fortino Contreras Rosales como integrantes de la Orquesta Filarmónica de Durango, de la cual era director Fortino. La estancia de los dos hermanos se prolongó por años, ya que decidieron quedarse a vivir en Chihuahua. Su primer domicilio fue en la calle 22 número 138.
Miguel Contreras Rosales ‒padre de Tino‒ nació en Durango en 1897. En Chihuahua, conoció a Leandra González Delgado, originaria de la capital, quien nació el 13 de marzo de 1899. Su noviazgo los llevó a contraer matrimonio el sábado 9 de abril de 1921: la boda civil se realizó en el domicilio de la novia, ubicado en la calle Nicolás Bravo 1917.
Miguel tenía 24 años y Leandra 21 cuando unieron sus vidas para conformar la familia Contreras González.
De esta unión nacieron 7 hijos.
Efrén nació el 15 de febrero de 1922 a las 17:30 de la tarde en su domicilio en la calle Ramírez número 2105. Para el 25 de noviembre de 1923 a las 3 de la mañana nació María Efaima. Su domicilio era ya en la calle Galeana 1126. El 3 de abril de 1924 nació nuestro homenajeado: Fortino, Tino Contreras, y fue registrado hasta el martes 14 de julio de 1925 a las 4:30 de la tarde.
En 1927, el 3 de abril a las 22:30 de la noche nació Irma en la calle 21 sin número. Irma falleció el lunes 20 de enero de 1930 a la edad de 3 años en su domicilio ubicado en la calle Moreno número 2311.
Micaela fue la quinta hija de Miguel y Leandra: nació el 12 de febrero de 1931, en la calle Coronado número 2307. Para el 5 de julio de 1934 nació Mario Alonso en la calle 23 número 153, y a finales de 1936 nació Miguel, ‒Miguelito, como le decía Tino‒, el séptimo de la familia Contreras González, quien desafortunadamente falleció al año y medio, el 20 de diciembre de 1937 en la calle Ojinaga número 2708.
Miguel Contreras Rosales tuvo otra familia con María Sifuentes, con quien tuvo ocho hijos, hermanos de Tino: Miguel, Carolina, Francisco, Agustín, Arturo, Rosario, Martha y Sergio.
Tino pasó sus primeros años bajo los cuidados de su madre Leandra González Delgado, con el apoyo de su abuela Justa Delgado Heredia, ‒quien nació en 1851 en Chihuahua‒. Su abuelo fue Anselmo González Vargas, nacido en 1861, quien ya había fallecido cuando Tino nació. Sus bisabuelos fueron: por el lado materno: Lauro Delgado y Jesús María Heredia, y por el paterno Pablo González y Josefa Vargas. Todos de Chihuahua.
Por el lado de los Contreras, su abuelo Antonio Contreras, conoció a Tino hasta 1942, cuando tenía 19 años, en una visita que su madre Leandra y Tino realizaron a Durango para conocerlo. Su abuela Manuela Rosales Guerrero ya había fallecido cuando Tino nació. Sus bisabuelos maternos fueron: Cesáreo Rosales y Eduviges Guerrero.
Desafortunadamente los archivos de registro civil de Cuencamé en las fechas cuando nació Antonio Contreras fueron destruidos por un incendio, donde se perdió su acta de nacimiento y la de matrimonio.
Miguel Contreras Rosales, padre de Tino falleció en 1971 a la edad de 74 años en Chihuahua, y Leandra González Delgado, su madre, falleció en Ciudad Juárez el 2 de septiembre de 1982 a los 83 años.
Tino, un niño profesional y comprometido con la música
En 1931, cuando Tino tenía 7 años, al ver a su papá tocar en casa y con su orquesta en eventos le nació el interés por tocar la batería, la trompeta, y el piano, instrumentos que dominaría a través del estudio y el tiempo.
Como ya lo comenté, fue un niño con estrella, y también fue un niño muy trabajador. Visionario. Parte de su niñez la pasó trabajando: vendía chicles, helados, pepitorias y además fue bolero. Pero su mayor interés fue aprender más de la música, específicamente del jazz.
En su niñez, mientras los amigos se divertían en las calles del centro de Chihuahua, Tino prefería ir a ver y escuchar tocar el piano a Arturo Tolentino Hernández, autor del vals Ojos de juventud, un compositor ya consagrado en el ámbito nacional e internacional, quien vivía en la calle Libertad 1911.
"Todos los días, con mis amigos de infancia recorríamos el centro de la ciudad, vivíamos muy cerca del Palacio de Gobierno, el Teatro de los Héroes, y, yo me ponía a ver por la ventana a Arturo Tolentino tocar el piano"
Fue a los ocho años cuando Tino Contreras debutó en el jazz:
"A los ocho años me toca a mí debutar tocando la batería, porque un hermano mayor que yo, dos o tres años, […] era muy noviero como se dice actualmente ahora, […], entonces aconteció que […], me dice mi mamá: Tú tienes que ir a tocar la batería en lugar de tú hermano.
‒¡Yo nunca he tocado la batería, mamá¡
‒A ver cómo le haces.
Bueno, me pusieron unos zapatos de mujer muy lindos, porque yo andaba descalzo, me encantaba andar descalzo, por aquello […] de los tarahumares.
Entonces […] fui y debuté con una batería muy chiquita que se usaba en aquellos tiempos. Y bueno, esas cosas que se quedan muy programadas en el subconsciente, […]. Bueno, creo que lo hice bien porque después me contrataron a mí, y ya no querían que mi hermano fuera a tocar con ellos. Entonces, todo el contexto de lo que yo escuché de las bandas con mi papá, en otras bandas que estaban formadas ahí en Chihuahua, […] fue mi primer contacto con el jazz."
¡Que impresionante! Sigo pensando en ese niño prodigioso, lo visualizo divirtiéndose ante tan grande reto. Lo imagino feliz, sonriendo como siempre lo vi, jugando mientras tocaba la batería en este su primer compromiso en el jazz, sí, jugando, pero muy consciente de lo que se estaba formando dentro del él como un futuro profesionista.
Sus primeros maestros de música fueron su padre Miguel Contreras y su tío Fortino Contreras. Con ellos aprendió las bases musicales, principales herramientas para una formación sólida en la música y en el jazz.
A los doce años, en 1936, cuando falleció su tío Fortino, tomó clases de piano y solfeo con Chicho Gámez y de trompeta con Luis Aguirre. Esta formación le valió a Tino para que, durante su niñez y adolescencia, formara parte de agrupaciones musicales de la ciudad de Chihuahua, tocando la batería.
☆ A los ocho años en la Orquesta de La Güera Nicha.
☆ Con sus hermanos Efren y María Efaima crearon su banda Los Cadetes del Swing.
☆ También tocó la batería con la Orquesta de Pepe Montañés y la Orquesta de Casimiro Gardea.
"[…] Mi padre nace en Durango, mi tío Fortino, que ese es mi nombre, Fortino, […] también nace en Durango, mi abuelito igual, mi abuelito comenzó con la Filarmónica de Durango […].
Pero mi papá, […] que estudio todo el clasicismo, […] de repente ya no quiso ser clásico, él quiso tocar jazz. […] pasando el tiempo, esto ha sido, como se dice, muy benevolente para Durango, porque el jazz hacía […] Chihuahua, partió de Durango, […] mi papá llega a Chihuahua, antes de casarse con mi mami, y forma su jazz band, que se llamaba El OK […] que era una combinación con un instrumento muy potente que era el Bangio, […] un bajo, desde luego un piano y una batería y una trompeta, […]. Pero aquí lo interesante es que mi padre, siempre estaba en oposición con mi tío Fortino, porque mi tío Fortino nunca quiso, […] separarse de lo del clasicismo, […] había una especie de […] “no entendimiento” entre los dos, y ¡yo amaba a mi tío Fortino¡, llegaba yo a su casa y tenía un piano, tenía una marimba, tenía un violín, porque tocaba todos los instrumentos mi tío Fortino.
Y entonces esto, […] que yo cuento, pues tenía como siete años."
¿Pero, quien fue el tío Fortino Contreras Rosales, a quien amaba tanto Tino?
Nació a las tres de la mañana en Durango el 18 de agosto de 1894, (hijo mayor de Antonio Contreras y Manuela Rosales), en la primera calle de la Ciénega con el número 33. Lo presentó para su registro su papá Antonio Contreras. Sus testigos fueron: Porfirio García, filarmónico, con domicilio en la calle octava de la Constitución, y José Contreras, jornalero, originario de Sombrerete, quien vivía en la calle sexta del Seminario.
En Chihuahua capital contrajo matrimonio el 25 de junio de 1928 con Consuelo Granados Hierro, en La Huerta Carreón. Fortino tenía 33 años y Consuelo 26.
Tuvieron una hija, Consuelo Contreras Granados, que falleció a los 4 meses de edad el 17 de abril de 1935.
A diferencia de su hermano Miguel, que dejó la música clásica para tocar Jazz, Fortino se dedicó a tocar y componer música clásica y de salón. Fue un compositor que sobresalió en Chihuahua con su obra, la cual se perdió después de su fallecimiento ocurrido el 30 de marzo de 1936, a consecuencia de hepatitis, cuando tenía 42 años de edad. Toda su obra fue resguardada y relegada en un pequeño cuarto del patio de la viuda Consuelo Granados Hierro. Con el paso de los años se filtró el agua en ese pequeño cuarto, se mojó gran parte de las partituras, sacaron todo a la banqueta de la casa para que el camión de basura terminara con la historia musical de Fortino Contreras Rosales.
Solo quedó una partitura de su obra, el bello vals Ámame, una obra que Tino pudo conocer en Chihuahua en 2017, cuando la puse en sus manos.
Por años busqué obra de mi tío Fortino, esta es, la primera y quizá la única obra de mi tío ‒me dijo.
Tino Contreras en Ciudad Juárez.
En 1941, cuando Tino tenía 17 años decidió dejar la ciudad de Chihuahua y radicar en Ciudad Juárez, donde tomó clases de piano con el maestro Pancho Correa.
En esa ciudad fronteriza formó parte como baterista de las siguientes orquestas:
☆ Orquesta de Pilar Estrada.
☆ Orquesta de su hermano Efrén Contreras.
☆ Orquesta de Héctor Hallal El Árabe

Al poco tiempo formó su propia Orquesta de la cual fue director: la Orquesta de la Juventud.
Permanece en Ciudad Juárez hasta 1950, cuando decide a la edad de 26 años, hacer vida en la Ciudad de México como baterista de la Orquesta de Luis Arcaráz.
Hasta aquí llega mi participación. Dejo la batuta a quienes seguramente hablaran de todo lo que fue e hizo Tino en su carrera profesional.
Tuve la fortuna de conocer a Fortino Contreras, él me brindó su amistad y cariño y nos encontramos las veces que el destino nos lo permitió. Hoy sigo pensando que él tenía alma de niño, un alma tan grande como su legado musical, un alma como la que solo él tenía y que hoy nos reúne para festejar su vida.
¡Feliz cumpleaños, querido Tino¡
Muchísimas gracias por ser y por estar siempre con nosotros, en tu arte musical.

Tino en la entrega de la presea Gawí Tónara, (Pilares del Mundo) otorgado por el Festival Internacional Chihuahua en 2017.

Tino en la entrega de la presea Gawí Tónara, (Pilares del Mundo) otorgado por el Festival Internacional Chihuahua en 2017
Tino en la entrega de la presea Gawí Tónara, (Pilares del Mundo) otorgado por el Festival Internacional Chihuahua en 2017. Concepción Landa, Raúl Balderrama, Tino Contreras e Ivám Carlos.
Tino en la entrega de la presea Gawí Tónara, (Pilares del Mundo) otorgado por el Festival Internacional Chihuahua en 2017. Raúl Balderrama, Concepción Landa, Tino Contreras y Luis Alberto Fierro.
Raúl Balderrama y Tino Contreras. Ciudad de México 2017.
Yesenia Holguín, Mónica Ramírez, Valentino Contreras y Raúl Balderrama. Ciudad de México, 2022.
Tino y Raúl. Chihuahua 2018.,
Raúl y Tino, Chihuahua 2018
Tino entregando baquetas de su batería a Raúl Balderrama. Chihuahua 2017.
Raúl y Tino. Chihuahua 2017.

Tino Contreras, Ramón Farías Rascón y Raúl Balderrama. Chihuahua 2018

Escuela No. 1 para Niños

Escuela No. 1 para Niños
Escuela de la ciudad de Chihuahua, donde Guillermo Ramos Sánchez impartia clases de Música entre los años de 1896 y 1904

Escuela 140 para niñas Benito Juárez

Escuela 140 para niñas Benito Juárez
Escuela donde impartió clases de música Guillermo Ramos Sánchez. Ubicada en la Calle Juárez, Quinta y Doblado No. 321. Fue fundada el 17 de septiembre de 1893 por iniciativa del coronel Miguel Ahumada. Esta escuela llevaba el nombre del Benemérito de las Américas por estar en el mismo solar donde se estableció Benito Juárez cuando estuvo en Chihuahua; actualmente el espacio es ocupado por el museo Casa Juárez.

La Tarahumarita

La Tarahumarita
Canción Mexicana 24 de octubre de 1925

La Tarahumarita

La Tarahumarita
Segunda parte

La Tarahumarita

La Tarahumarita
Tercera parte

La Tarahumarita

La Tarahumarita
Cuarta parte

La Tarahumarita

La Tarahumarita
Canción Mexicana
24 de Octubre de 1925

Guillermo Ramos Sánchez

Pieza que denota la influencia del Nacionalismo que se vivía en México después de 1920, donde Guillermo compone esta canción muy mexicana, el 24 de Octubre de 1925, a la edad de 46 años. Está inspirada en el grupo Indígena del Estado de Chihuahua, Rarámuri, mejor conocidos como - Tarahumaras -. La Tarahumarita, está en la tonalidad de sol mayor (G), en compás de ¾, instrumentada para canto y piano.

Tarahumarita soy,
muy pobrecita,
que siempre triste voy,
con mi dolor.


LA CIUDAD DE CHIHUAHUA EN 1900

Al inicios del siglo XX Chihuahua era dirigido por el general Miguel Ahumada como gobernador y un grupo político porfirista comandado por Luis Terrazas, quienes hicieron posible que esta ciudad presentara importantes avances en su economía, su sociedad y en la educación. En este último ramo, Miguel Márquez fungía como Inspector General de Educación Pública, dirigiendo 126 escuelas primarias en el estado. La ciudad de Chihuahua contaba con 16 calles, ocho callejones y tres calles en cruz; existían 7,640 casas habitación de un solo piso, 120 de dos pisos, tres de tres pisos y 219 chozas y jacales, dando un total de 7,982 casas habitación. También se contaba con ocho hoteles, tres posadas, 16 mesones y diez casas-huésped que proporcionaban sus servicios a los visitantes que llegaban a esta ciudad. Estas moradas, así como las casas habitación, albergaban una población de 30,405 habitantes en la ciudad de Chihuahua y un total de 47,914 en todo lo que comprendía el municipio de Chihuahua, 24,346 hombres y 23,568 mujeres.(1) Para la atención de enfermos, la ciudad contaba con tres hospitales.



Entre todos estos habitantes se encontraban los artistas chihuahuenses de esa época: un dibujante, un escritor, tres escultores, cinco fotógrafos, un grabador y 101 filarmónicos (músicos), lógicamente los de carrera. No existían ni cantantes ni actores locales de profesión en este inicio del siglo XX. La ciudad contaba con dos teatros: el Teatro Betancourt, el segundo de la ciudad, inaugurado en el año de 1875, debió su nombre a su constructor, el señor Miguel Betancourt, quien construyó varios edificios en esta ciudad. Este teatro se encontraba ubicado en el mismo lugar que hoy ocupa el Teatro de la Ciudad en la calle Manuel Ojinaga; contaba con cuatro localidades: luneta, plateas, palcos y galería, con capacidad para 600 personas. El principal teatro era sin duda el Teatro de los Héroes. Su construcción inició el 16 de septiembre de 1898 por iniciativa del gobernador del estado, general Ahumada, y el ingeniero George King, quien estuvo a cargo de la obra civil. La inauguración se llevó a efecto el 8 de septiembre de 1901 por la compañía italiana de ópera de Mario Lombardi, que presento las óperas Aída, Manon, Tosca, Fausto y Rigoleto; esta temporada inaugural concluyó el 16 de septiembre de ese mismo año.



Los límites de la ciudad eran: por el lado oriente con la vía del Ferrocarril Nacional, que llegaba del sur hasta el barrio del Santo Niño; al norte lo delimitaba el río Chuvíscar; al sur, la avenida 20 de Noviembre; y hacia el oeste llegaba hasta la Alameda Cuauhtémoc. Sus principales calles eran la avenida Benito Juárez, la Melchor Ocampo, la Vicente Guerrero, la Independencia, la Libertad y el Paseo Bolívar. La ciudad contaba con las plazas Merino, de la Constitución, Hidalgo, jardín Zaragoza, la plazuela de Arteaga y el parque Lerdo de Tejada, entre cuya vegetación destacaban los álamos, sauces y fresnos, mismos que ocupaban las orillas del río Chuvíscar, la Avenida Cuauhtémoc y la actual Avenida Zarco.



En este inicio de siglo ya se contaba con la glorieta de las avenidas Juárez y Colón, donde está el monumento a Benito Juárez. Por la calle Cristóbal Colón se ubicaba el Hospital Porfirio Díaz, inaugurado en el año de 1897. Dentro de esta misma zona se encontraban los talleres de Ferrocarriles, la planta eléctrica, la Compañía Harinera, la Compañía Fundidora de Hierro, la Industrial Mexicana, la Fábrica de Cerveza, la de ropa y la de galletas.



Chihuahua capital tenía el servicio de luz eléctrica en la mayoría de los sectores que la comprendían, y todas las casas contaban con el servicio de agua potable y drenaje. Para proveer de agua a la población se disponía del acueducto colonial que mandaron construir los españoles en 1754, con un costo de $112,132.06. El transporte en esta época era el tranvía eléctrico, que costaba solo $0.08 centavos en el centro y $0.25 centavos si el pasajero quería transportarse a la hoy colonia Nombre de Dios; y los coches de alquiler, con un costo de $0.25 centavos por viaje y $1.50 por la renta de una hora.



En cuestión de comercio, era común ver en cada esquina, sobre todo en las banquetas, el mercado público. La compraventa de telas y demás objetos de vestuario, mercancía, ferretería y mobiliario, estaba a cargo de extranjeros, principalmente árabes, franceses y alemanes. Los bancos estaban a cargo de chihuahuenses, destacando el Minero, el Refaccionario, el Banco Nacional y el Sonora. Una familia humilde se gastaba $2.00 diarios en la compra de carne, leche, pan, verduras y combustible, es decir que necesitaba $60.00 al mes para vivir más o menos, y $200.00 para vivir desahogadamente.



Así era, en términos generales, el Chihuahua de 1900, donde las familias acudían a misa los domingos, por las tardes escuchaban música en el parque Lerdo y por la noche asistían a escuchar las ya tradicionales serenatas de las bandas municipales.



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(1) Censo verificado el 28 de octubre de 1900 por la Dirección General de



Estadística y publicado en el libro Chihuahua económico, de Moisés T.



De la Peña, p. 147.



LA EDUCACIÓN MUSICAL EN CHIHUAHUA DE 1868 a 1930

Después de que México obtuvo su independencia, en la ciudad de Chihuahua se proclamó la educación como el medio por excelencia que serviría para alcanzar una nación cuyos habitantes tuvieran los mismos valores, así como los mismos conocimientos. Sobre estas bases se decretó en 1827 la educación superior, y en 1828 se fundó el Instituto Literario, que en el año de 1881 adquirió el nombre de Instituto Científico y Literario. Esta institución, durante el resto del siglo XIX y la mitad del XX, fue la más importante en la educación de los habitantes de esta ciudad.

En lo que respecta a la educación musical, fueron tres las fuentes principales de enseñanza durante el siglo XIX: la primera fueron las Escuelas Oficiales que el gobierno del estado junto con el municipio establecieron desde 1841, año en que se registró la primer Escuela de Música de la ciudad.

Otra de las formas para aprender música en esta época era la impartida por algunos músicos que de manera particular ofrecían clases en sus domicilios, donde enseñaban solfeo y armonía, así como los instrumentos principales utilizados en esa época, como los de aliento que conformaban las bandas militares y municipales. La mandolina, el violín, el cello y el piano fueron cuatro de los principales instrumentos que se enseñaba en las clases particulares.

Finalmente, la educación musical más significativa en Chihuahua fue la que se transmitió generacionalmente de padres a hijos, que despertaba y desarrollaba en el alumno sus aptitudes en la música desde temprana edad.

Entre las principales escuelas de música que existieron en la ciudad de Chihuahua de 1868 a 1930 se encuentran: La Escoleta de Música de Chihuahua, fundada en 1868 por órdenes del gobernador don Luis Terrazas, siendo su primer director el profesor José María Mena, con un sueldo de $60.00 pesos mensuales, que le cubría el municipio. En esta escoleta se impartieron clases de música vocal e instrumental, principalmente de banda militar. Desapareció en 1879.

La Escuela de Música para Jóvenes, fundada en 1882 por los profesores Isabel Larrea y José Perches y Porras. Su plan de estudios era de música vocal, música instrumental, teórica y práctica, solfeo, armonía, contrapunto y canon y fuga. Esta escuela también era conocida como la Capilla de Música del Municipio, y perduró hasta 1892.

La Escuela de Artes y Oficios, inaugurada el 16 de septiembre de 1897 por el gobernador Miguel Ahumada, donde se impartieron las cátedras de instrumentos de banda tipo militar y solfeo.

Aun cuando el Instituto Científico y Literario fue la máxima casa de estudios durante el siglo XIX, no se incluyó durante ese siglo ninguna clase de música en el plan de estudio; no fue sino hasta mediados de la década de 1910, cuando José Perches y Porras impartió las cátedras de conjuntos corales y piano. Para 1914 la escuela “anexa” incluyó la clase de conjuntos corales, y para 1919 se agregó la cátedra de música. Tuvieron que pasar otros siete años hasta que, en 1926, el Instituto Científico y Literario agregó en su plan de estudios la cátedra de conjuntos corales, y se creó el Orfeón del instituto, bajo la batuta de Guillermo Ramos Sánchez.

Dentro del plan de estudios de las escuelas primarias Elementales y Superior, específicamente de 1896 a 1900, se impartían las clases de canto, cantos corales y música. En el primer y segundo año de estudios la cátedra de canto tenía como objetivo “el aprendizaje de los cantos adecuados y aprendidos exclusivamente por la audición,” teniendo presente la expresión común de la voz de los niños. En el tercer y cuarto año la clase de canto tenía como objetivo “el aprendizaje de cantos a una y dos voces aprendidas por la audición.” Además de estas materias, los alumnos de la primaria elemental estudiaban moral práctica, lengua nacional, enseñanza intuitiva, aritmética, dibujo, gimnasia, geometría, geografía, historia patria, caligrafía, zoología y botánica, fisiología e higiene, física, química y mineralogía, agricultura, aritmética, nociones prácticas de geometría e historia. En la primaria Superior las clases de

canto se estudiaban dentro de la clase de música, la cual cumplía con el objetivo del aprendizaje de la práctica coral al unísono, coros en combinación de diversas voces y el conocimiento de la clave de sol. El plan de estudios en primaria Superior era el siguiente: moral, instrucción cívica, lengua nacional, francés, aritmética, nociones de ciencias físicas, geometría, geografía, historia general, economía política, dibujo, caligrafía, música, ejercicios higiénicos, ejercicios militares, inglés, nociones de contabilidad, botánica, fisiología, higiene e historia de México.

Dentro de las escuelas suplementarias, la clase de música era específicamente de conjuntos corales, cuyo objetivo principal era: “Explicación del texto de las canciones, específicamente de himnos cortos dedicados a la naturaleza y la vida alegre de los niños. Ejercicios al oído, ejecución de las canciones en reposo y al compás de las marchas. Manifestación de la duración de las notas, aplicada en juegos con cubos: los enteros equivalían a las redondas, el medio a las blancas, los cuartos a las negras y los octavos a las corcheas.” La duración de las clases en estas escuelas primarias de canto, música y cantos corales eran según el grado escolar: los de primer año llevaban 20 minutos de clase, los de segundo 25, los de tercero 30, los de cuarto 35; y en primaria Superior la clase era de 45 minutos.

Con relación a los profesores que ofrecieron sus servicios de manera particular en sus domicilios, encontramos a: Rafael Sánchez, con clases de violín, violoncello y mandolina en la calle Ojinaga n. 306; Eduardo J. Sierra en la calle Libertad n. 1007; José Perches y Porras, con clases de piano; Félix Peredo, con clases de solfeo, cantos corales (orfeón), instrumental de arco, armonía, composición e instrumentación; el profesor Ole Olsen, violinista, ofrecía sus servicios profesionales en la calle Juárez n. 514. Adela Bueno de Campillo ofreció sus servicios como profesora de música en la calle Ojinaga n. 711, y el señor Julio Ávila impartía clases de oboe en el Teatro Betancourt, ambos en 1903. Carlos Murguía, pianista y profesor de composición, llegó de México y estableció una academia en esta ciudad; José Guadalupe Rico, d. Ramón Baquero y Mauricio Jara ofrecieron sus servicios de clases de música; Pablo Ortiz fue maestro de piano a domicilio en 1909.

Aurelio Hinojos se desempeñó como profesor de piano; María Rivas fue profesora de música instrumental; en 1904 Guillermo Moye con clases de cítara en la calle Aldama n. 523; Carlos C. Ramírez impartió clases de solfeo, piano,

violín y mandolina en la calle Mina n. 414, en el año de 1909.

Todos estos maestros fueron los encargados de preparar músicos de calidad en la ciudad de Chihuahua durante las últimas dos décadas del siglo XIX y las primeras tres del XX. Esta misma función la cumplieron las escuelas del municipio y las independientes, que principalmente enseñaron solfeo e instrumentos de aliento, por ser la época de las bandas militares, aunque también se ofrecían clases de piano, mandolina y cítara, violín, cello, armonía, contrapunto y canon y fuga, pero de cualquier manera predominaba la enseñanza de solfeo e instrumentos de aliento. En las escuelas primarias las principales materias fueron canto y conjuntos corales, base sólida en la educación musical de los niños.

GUILLERMO RAMOS SÁNCHEZ. Músico Chihuahuense

GUILLERMO RAMOS SÁNCHEZ. Músico Chihuahuense
PORTADA DEL LIBRO / PRIMERA EDICIÓN EN 2003, POR LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CHIHUAHUA (UACH) Y EL SINDICATO DEL PERSONAL ACADÉMICO (SPAUACH). ISBN 968-6331-94-8. Este texto presenta la vida y obra de Guillermo Ramos Sánchez, un de los músicos más sobresaliente en la ciudad de Chihuahua durante la última década del siglo XIX y los primeros treinta años del XX. La obra describe de una manera cronológica la trayectoria de este hombre que dedicó su vida a la actividad musical en esta ciudad en sus diferentes facetas, sus estudios básicos y musicales, su trayectoria como catedrático de música, su experiencia como empresario, sus grupos musicales y lo que mas presencia le dio en esta tierra: la composición. El libro cuenta con fotografías y composiciones escritas por Guillermo Ramos en compañía de poetas y escritores chihuahuenses de su época, documentos que se lograron rescatar de los diferentes archivos revisados durante la investigación.El lector podrá encontrar letras, guiones literarios, descripciones de su obra y partituras de este destacado autor, que logró escribir desde música popular e infantil hasta zarzuela y ópera.

LAS ESTACIONES ANIMADAS. De Guillermo Ramos Sánchez

LAS ESTACIONES ANIMADAS. De Guillermo Ramos Sánchez
Cuadro el otoño. Presentado en el Teatro de los Héroes, con motivo de la visita del presidente de la República mexicana d. Porfirio Díaz en 1909. Tomada del älbum de enseñanza primara del estado de Chihuahua

LAS ESTACIONES ANIMADAS. CUADRO "EL OTOÑO" 1908

LAS ESTACIONES ANIMADAS. CUADRO "EL OTOÑO" 1908
ZARZUELA INFANTIL, ESCRITA POR GUILLERMO RAMOS SÁNCHEZ EN 1908. Esta obra fue presentada en el antiguo Teatro de los Héroes, con motivo de la visita del presidente de la República mexicana Don. PORFIRIO DÍAZ en 1909. Tomada del Álbum de enseñanza primaria del estado de Chihuahua.

DIRECTIVOS DEL PERIODICO "EL UNIVERSAL"

DIRECTIVOS DEL PERIODICO "EL UNIVERSAL"
GUILLERMO RAMOS SÁNCHEZ -de pie, primero de izquierda a derecha- con los directivos del periódico EL UNIVERSO, editado del domingo 5 de octubre de 1902 al domingo 5 de febrero de 1911. GUILLERMO RAMOS fue administrador de este importante periódico.

JUEGOS INFANTILES EN CHIHUAHUA

JUEGOS INFANTILES EN CHIHUAHUA
PORTADA DEL LIBRO / PRIMERA EDICIÓN EN 2004 en compañía de la Lic. en Artes escenicas María Sánchez Portillo. POR EL INSTITUTO CHIHUAHUENSE DE LA CULTURA (ICHICULT) DE GOBIERNO DEL ESTADO DE CHIHUAHUA. ISBN: 968-6862-84-6. Aquí están, entre otros más modernos, algunos de los juegos enseñados por mi abuela, mis padres, mis amigos o aprendidos sin saber cómo. Pertenecen al saber y a la tradición popular y sería una pèna que se perdieran, puesto que han acompañado a muchas generaciones de niños y a otros ya no tan niños. Por ese motivo esta recopilación nos permite a los chihuahuenses valorar parte de ese patrimonio cultural del que somos depositarios y que nos identifica como una comunidad capaz de generar un sentimiento de identidad cultural..."

SERIE: MÚSICA DE CHIHUAHUA

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Composiciones para piano Vol. I

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Composiciones para Canto y piano Vol. II

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Obra de Carlos Farfán Vol. III

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SERIE: MÚSICA DE CHIHUAHUA
Composiciones Infantiles Escolares Vol. VI

SERIE: MÚSICA DE CHIHUAHUA

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Composiciones para banda y orquesta Vol. V

SERIE: MÚSICA DE CHIHUAHUA

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